Queridas amigas y amigos,
Con motivo del relevo en mis responsabilidades del trabajo, me he sentido este días muy halagado, y os agradezco de todo corazón, vuestra amabilidad.
Este es para mí un momento esperado con ilusión y también con cierto temor. Tal y como me decía un compañero ya jubilado, el sentimiento, más que de temor, es de vértigo: se divisa un nuevo horizonte y no se tiene la seguridad de saber orientarse en el camino que hace falta emprender.
Pero no os quiero hablar de mi estado de ánimo. Si que me gustaría dar testimonio por mi experiencia vivida en estos treinta y seis años de vinculación al mundo de los auditores internos de las Caja de Ahorros, del gran trabajo hecho por nuestro colectivo en este largo periodo.
Me siento orgulloso de tener el privilegio de haber participado en marzo del año 1.974 en la I Convención Estatal de Auditores de Cajas de Ahorro, que se celebró en el Hotel Don Quijote de Madrid, y dónde se pusieron las bases del lo que para mí ha sido la auditoría interna, una profesión dentro de la profesión de empleados de las Cajas de Ahorro. Coordinó la convención D. Angel Galán Galindo, que actuaba como Asesor General Técnico de la Confederación y a quien tuve el placer de conocer en Vilafranca como inspector del Instituto de Crédito de las Cajas de Ahorro (ICCA), que era el órgano supervisor de las Cajas hasta septiembre de 1970, en que esta función fue asumida por el Banco de España.
Por aquel entonces eran 83 las Cajas de Ahorro, agrupadas en 11 Federaciones Regionales; y al propio tiempo integradas en la Confederación, que desempeñaba las funciones de Banco Central al servicio de las propias Cajas.
La celebración de la XXXIV Convención de Auditores Internos de las Cajas de Ahorros es una muestra evidente de la consolidación de nuestro colectivo i del arraigo que ha obtenido en nuestras Instituciones.
Durante estos 36 años de historia, la auditoría interna de las Cajas ha evolucionado y ha desarrollado sus inquietudes y valores: Yo me siento muy satisfecho de haber podido participar directamente en esta labor.
De todos los valores, quisiera destacar el espíritu de colaboración y trabajo en equipo que ha imperado siempre en nuestro colectivo, y que se ha plasmado, año tras año, en los nuevos programas de auditoría, en las jornadas de intercambio de experiencias y en los planes de formación conjuntos a través de la ESCA.
Un recuerdo especial para Luís Ayuga de CECA, que durante tantos años nos dio cuerda a todos, también para Juan de Dios, para Teresa Cubas, para Miguel Palacios y María José de la E.S.C.A. y para tantos otros colaboradores.
Como os decía en un principio, dejo mi vida laboral satisfecho porque he tenido la suerte de trabajar en una profesión que adoro y el privilegio de participar en este colectivo. Me ha hecho muy feliz dedicar tantos años a la auditoría interna.
Por esto hoy me emociona dejaros. He dado tanto cómo he podido, pero he recibido mucho más de los compañeros y amigos, y me duele mucho perderos, aunque no sea del todo.
Muchas gracias a todos.